miércoles, 18 de agosto de 2010

Relaciones cibernéticas

Hace un par de días que mi cyber decidió cortar relaciones de forma radical. Vale, me parece bien. Lo bueno que tienen las relaciones cybernéticas es que en ellas, todo es más light. La verdad es que, aparte del lógico rebote inicial que te pillas por el desplante, me alegro un montón. En realidad, es algo que debí de haber hecho hace muchos meses, pero, por aquello de no saber cómo, vas dejando ahí y ultimamente, me estaba volviendo un poco loca. Es un tío que no me interesa lo más mínimo, yo creo que ni como amigo. Tiene unos cambios de humor inexplicables, bebe como un camello, fuma porros a todas horas y tiene un ego tan grande, que parece que en este mundo solo existe él. Lo que viene a ser una joyita, vamos. Además, la relación que manteníamos era muy extraña, yo sólo podía hablar cuando me estaba permitido y tenía que decir lo que le gustase, todo lo que saliese de esos límites, era considerado una ofensa. Supongo que eso precisamente, era lo que me tenía enganchada para no tomar la iniciativa de madarlo al carajo antes. Y, ahora, me siento increiblemente aliviada. Bueno, las relaciones son complicadas.

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