miércoles, 29 de febrero de 2012

El pavo real

Me pasé más de dos décadas sin saber realmente lo que sentía por tí, el miedo me impedía sentir otra cosa. Es lógico sentir miedo ¿qué digo miedo? PÁNICO cuando alguien te hace ser tan infeliz como me hiciste ser tú a mí. Te fuiste diciendo que volverías y eso me amargaba más todavía, porque no sabía si quería que volvieses o no, pero el fantasma de tener que enfrentarme a tu regreso lo hacía todo más duro. Para colmo, me sentía culpable porque pensaba que estaba dejando de lado a una persona enferma a la que amaba, cuando sólo era el punto de vista que tú me hiciste ver para mitigar tu sentimiento de culpabilidad, aún a costa de que mi tortura fuese mayor. Pero, conseguí reunir información, ya sabes, la información es poder y, creo que estoy consiguiendo ¡por fin! odiarte. Te pavoneas por ahí, mostrándote con orgullo porque te crees grande y, ya no me das miedo. En realidad lo que más temía era que consiguieses engañarme otra vez más con tus mentiras pero, creo que ahora te resultaría algo díficil de conseguir. Tú sola visión me produce repulsión, tu físico me resulta desagradable a la vista. Y no puedo mantener ningún tipo de conversación contigo porque supone medir una a una mis palabras para que el rey y señor no las considere ofensivas. Y cada día que pasa me resulta más díficil de entender como pude enamorarme locamente de un pavo real como tú.

No hay comentarios:

Publicar un comentario