martes, 22 de mayo de 2012

Insomnio

En una de esas noches en las que estás media deprimida, por no decir tirada por los suelos y no puedes dormir o bien te acabas de despertar de una terrible pesadilla y quieres desconectar de alguna manera, te levantas, te vas al sillón y enciendes la tele a altas horas de la madrugada. Y entonces, después de hacer un par de zappings te encuetras con el Teletienda que te vende un producto maravilloso con el que te vas a poner cañón y vas a ligar como una enana. Y te lo repiten una vez, y otra, y otra ... Y te ponen ejemplos de gente que lo probó y que le funcionó. Y lo siguen repitiendo y, siempre es mejor centrarte en ese producto maravilloso que en tus propios pensamientos y sentimientos que te ahogan. Al final, te acabas convenciendo de que es precisamente lo que necesitas. Al día siguiente, sólo piensas en levantar el teléfono y hacer el pedido porque realmente lo necesitas. Y llamas, y te encuentras con la primera sorpresa: los gastos de envío corren por tu cuenta y son 10 euros. Ya son 80+10, sube un poco la cosa ... Pero no importa, porque lo necesitas ... Cuando cuelgas el teléfono esperas ansiosa a que llegue el pedido ... ya te dijeron que tarda 10 días, se te va a hacer larga la espera. Por fin, llega el día señalado y el mensajero llama a tu puerta. Abres el paquete con ilusión, montas el aparato, lo pruebas ... Y te propones usarlo durante los 10 minutos diarios que aconseja la publicidad. Y la primera semana lo haces a rajatabla, la siguiente ya te cuesta y, al final acabas guardándolo en un fondo de armario de díficil acceso porque total, no ves resultados. Al cabo de unos cuantos años, del armario pasa al trastero, bien guardado por si algún día se te da por usarlo. Y allí permanece dormitando durante años y años. Hasta que, toca hacer limpieza de trastero y te da pena tirarlo porque está nuevo, practicamente sin usar. Te hablaron del Cash Converters, que allí compran de todo y allí te vas. Por alguna vez que entraste en el Cash, sabes que los precios no son bajos, por lo tanto, te pagarán bien por el invento. Y mientras vas por el camino, vas haciendo tus cálculos: yo creo que me van a dar 30 y, con estos 30 me voy al Corte y me compro un blusón que vi. Llegas con el invento al Cash Converter y, te dicen que más de 5 euros no te dan: te quedas a cuadros. Piensas rápido y decides dejarlo porque total, al fin y al cabo no lo vas a tirar pero, en cuanto sales por la puerta te queda claro que Cash Converters una vez y nada más. El blusón lo compras igual y a Teletienda quedas enganchada de por vida porque aunque no veas la tele a horas intempestivas, la revista te llega de forma puntual y siempre encuentras algo útil aunque, las próximas veces te lo piensas un poco más.

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