domingo, 16 de diciembre de 2012

21 de Diciembre: Fin del Mundo

Vi en la tele que, según los mayas, el 21-12-12 a las 12 horas se acaba el mundo.  Lo que no me quedó claro es si es a las 12 de la mañana o a las 12 de la noche.  Ante tal acontecimiento, me puse a pensar en mi último deseo antes de que se acabe el mundo.  Entonces, me encontré con el problema de que no se me ocurría ningún deseo.  ¿de dónde parten los deseos? ¿parten en realidad de una ocurrencia?  Al final, concluí que mi último deseo era tener un deseo pero claro, así las cosas no me daría tiempo a que mi deseo se convirtiese en realidad.  Empecé entonces a buscar cosas que me gustaría hacer antes de irme para el otro mundo.  La primera que se me ocurrió fue tirarme a mi compañero de trabajo, cosa harto imposible porque no me hace ni puto caso.  Tuve que buscarme un deseo más asequible. Repasando la prensa local, vi que en un templo del rock de mi ciudad actuaba Ken Stringfellow que, según decía había sido guitarrista de Rem.  Punky, Indi y guitarrista ... no parecía una mala combinación así que, allá me fui, esperando asistir a un gran concierto de guitarra. A veces, necesito que el rock en vivo fluya por mis venas.   Cuando llegué, habían empezado los teloneros.  Eran unos chavales jovenes, cantante y guitarra acústica, un poco pasteleros pero bueno, se suponía que lo siguiente sería más cañero.  Acabaron los teloneros, y empezaron a colocar los insrumentos.  La cosa pintaba bonita, estaban colocando un teclado, una guitarra eléctrica y había un violín por el suelo.  ¡Bien, eran tres músicos por los menos!.  Entonces, apareció un melenas con zapatos brillantes de chupamelapunta, cogió la guitarra y se puso a cantar sin micrófano.  La guitarra casi no se oía y los temas seguían siendo pasteleros.  Pensé... bueno, a ver si salen el resto de los músicos y, entonces, el susodicho rubiales se sentó delante del piano y siguió en la misma linea con la que había empezado: no había ningún músico más, era él tocando varios instrumentos ...  Un coñazo, me esperaba un gran concierto de guitarra rockera y me encontré con un imitador de Humberto Tozzi a la americana.  En fin, otro deseo que se quedó sin cumplir y, hasta el fin de semana que viene no tengo posibilidad de volver a intentarlo ... se acabará el mundo con dos deseos sin cumplir ... ¡qué desgracia!.  Decidí entonces, fabricar otro deseo ... y me fui a comer una hamburguesa de pollo con patatas fritas, todo ello bien untado de ketchup y un coca-cola.  Éste, era fácil de cumplir, conseguí comerme mi última hamburguesa, no está mal.  Me pillará el toro, llegará el Fin del Mundo y yo seguiré sin que ME DESEES ...

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