lunes, 28 de enero de 2013

El lado bueno de las cosas

Hacía tiempo que no veía una película tan mala en el cine.  En principio, iba a ir a ver la película de Bin Laden pero como me pareció muy dramática y ésta estaba catalógada como comedia, y tenía algún que otro premio o nominaciones a premios, pensé que podía no estar mal.  En la puerta del cine, descubrí además que tiene 5 nominaciones a los Oscars, entre ellas mejor guión ... No sé que le encontraron los señores de la Academia al guión porque, para mi gusto, no vale ni un patacón.  Tampoco tiene nadie de comedia, no entiendo quien la califico en dicho genero, a mí no me hizo gracia ninguna y al resto del cine, que por cierto estaba lleno, tampoco. Los primeros quince minutos la gente se reía timidamente, supongo que más porque pensaba que tenía que reírse, o que iban precisamente a eso que porque las escenas y situaciones les hiciesen la más mínima gracia.  Después de la primera hora soportando semejante ladrillo, yo sólo miraba el reloj para ver si acababa de una vez pero, para colmo es una película de dos horas ...  Lo único bueno que tiene es el actor principal que no sé como se llama y que es joven y guapísimo. También puede resultar pedagógica para estudiantes de psicología o de psiquiatría porque muestra el comportamiento de un obsesivo-convulsivo, ludopata y con tintes esquizotípicos por aquello del pensamiento mágico que interpreta el padre del chico.  En teoría el protagonista es bipolar pero, las reacciones que muestra la cinta son las de una persona cualquiera en situaciones de estrés.  No me gustó ni un poco, no la recomiendo lo más mínimo.

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