jueves, 5 de septiembre de 2013

Confesión

Yo me acuso ... yo me acuso de haberte amado. Te quise hasta el límite de mis fuerzas. Y te seguí amando varias décadas después. Yo me acuso de comprometerme contigo, es algo que nunca debí de hacer. Nunca debí de hipotecar mi libertad, simplemente porque confiaba en ti y porque eramos felices juntos, o eso pensaba yo. Me acuso de no haber echado a correr en el mismo momento en el que me confesaste que había "otra", hubiese sido lo correcto. Me acuso de aguantar lo que no tenía que haber aguantado, de seguir a tu lado teniendo la certeza de que la "otra" seguía ahí a pesar de que me lo negabas, de aguantar tus humillaciones, de soportar tus insufribles borracheras diarias. El terrible dolor que sentí durante muchos, muchos años sólo son mi responsabilidad por haberte amado tanto y tanto.  Me acuso de consentirme que me llevases al límite de mis fuerzas hasta el punto de perder los papeles como nunca antes ni después, por lo menos hasta ahora, los perdí.  Me acuso de creerte cuando decías que me querías y me acuso de esperarte cuando decías que volverías. Me acuso de buscarte para verte de lejos y de tener la necesidad de que me hablases, tal vez para ver si todavía me querías, por lo menos un poquito, aunque fuese tantísimo tiempo después de no estar conmigo. Me acuso de no haberme dado cuenta antes de que yo para ti, sólo fui un juguete que usaste y tiraste, eso es lo que me demostró el paso del tiempo. Me acuso de acordarme cada día de ti y de no poder sacarte de mi mente, aunque mi soledad ya esté próxima a sus "bodas de plata". Y me acuso porque pienso que voy a seguir teniéndote cada día en mi pensamiento el resto de mi vida. Yo me acuso ...

No hay comentarios:

Publicar un comentario