viernes, 29 de marzo de 2013

Un asunto real

Un auténtico ladrillo.  Al ver todos los premios que tiene, piensas que no debe de ser mala cosa, y eso te anima a enfrentarte a los 144 minutos que tiene de duración. 144 minutos de lentitud. Cierto es, que es una película histórica, que te hace reflexionar sobre muchas cosas pero es que, en tanto tiempo te da tiempo a barrenar mucho.  Siglo XVIII, rey de Dinamarca, desequilibrado, mangoneado por los nobles y con una madrastra como rival que pretende destronar a su hijastro para subir al poder a su propio hijo.  Reina inglesa, inteligente, astuta, guapa, con ideas modernas.  Y se forma un triángulo amoroso gracias a la conspiración de nobles ilustrados apartados de la Corte que introducen al amante como médico personal del rey.  Todos los actores son feos, y con esas pelucas tan horribles de la época que les ponen son más feos todavía, incluso el amante no vale un pimiento.  El médico, inteligente, busca el punto débil del monarca y lo mangonea a su gusto hasta el punto de dictar las leyes sin la firma del Rey. Pero, la madrastra malvada, como todas las madrastas en todos los cuentos y en todas las pélículas desde que a alguien se le ocurrió escribir el cuento de Blancanieves, descubre el romance entre el médico y la reina y por medio de octavillas y malas artes, consigue que el pueblo se revele, encarcelar al amante, desterrar a la reina y hacerse con el poder para su hijo.  Es increible lo fácil que es manipular a un pueblo, porque el médico estaba instaurando leyes que les beneficiaban como la abolición de la tortura de los amos a sus jornaleros, la vacunación gratuita de la viruela, que estaba causando muchas muertes por al aquel entonces...  pero, se ve que la moral, representada por el poder religioso, está por encima del bienestar personal.  Y acaban llevando a la guillotina a este hombre que tanto hizo por el pueblo danés que, por otra parte se le acusaba también de ser alemán.  Muere la reina, pasan los años, el rey sigue igual de loco, mangonea la madrastra, devuelve el poder a los nobles pero, cuando los hijos del rey (aunque en realidad la niña era hija de amante) toman el poder, retoman las ideas ilutradas y convierten a Dinamarca en uno de los países más avanzados ideológicamnte de la época.

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