viernes, 10 de junio de 2022

Violencia de género

 Hace 40 años, la mili era obligatoria para los chicos pero, él se había declarado objetor de conciencia porque era no-violento. Siete años después, rompió una botella en una mesa y me la acercó a la cara. Al poco tiempo, me llevó a patadas por la calle. Yo eché a correr asustada buscando un taxi que me trajera a casa. Al poco rato apareció él, diciendo que quería plantarle fuego a todo el edificio. Cómo no tenía una lata de gasolina, subió hecho una furia a casa y roció la cocina con disolvente desde la bombona hasta la puerta y con un mechero en la mano, pretendía que todo volase por los aires, en ese todo estábamos los dos incluidos. Le rogué que no lo hiciera y, entonces me llevó a empujones a casa de mis amigos para decirles no recuerdo muy bien lo que. Era de noche y, por suerte estaban durmiendo y no se enteraron de nada. Hace treinta y pico de años, no se hablaba del maltrato. Y, él era no-violento.