La verdad es que tanto publicidad me hacía temer lo peor. Lo que había oído sobre el argumento, tampoco es que me pareciese muy interesante: un trapichero guaperas del sur que va y viene con hachís desde Marruecos. Pero, aún así, tenía que verlo. Y allá me fui, y me encantó. El chico de la película es más que guapo: moreno de ojos claros, buenorro y para colmo, interpreta un papel de chico tranquilo y relajado. O sea, lo tiene todo. Y el guión tiene unos giros muy interesantes. Hay polis buenos, polis malos, traficantes malos-malísimos y traficantes de buen corazón y leales en grado superlativo. Por supuesto, tal y como nos tiene acostumbrados, la interpretación de Luis Tosar es impecable. Es una película para no perderse.
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