domingo, 4 de agosto de 2019

La esquela

Había escrito un rollo enorme, pero los enanos informáticos o los espíritus pululantes me lo borraron todo. Igual no era un buen epitafio. Cuando vi tu esquela, me quedé en shock unos segundos, luego empezó a temblarme todo el cuerpo pero, intenté disimular. Se me cerró el estómago, pero comí algo de la tapa que tenía delante para que no se notase. Contigo pasé los mejores años de mi vida, también los peores momentos. Nunca dejé de amarte, aunque en ocasiones también te odié. Me prometiste que volverías, ya no podrás volver nunca. Siempre te quise, y supongo que siempre te querré, capullo!

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