lunes, 17 de mayo de 2010

Estaba mooonísima con su vestidito!

Mis amigas me parecen unos loros, y no me resulta divertido compartir mi tiempo con ellas pero, son las que tengo y no puedo perderlas. Me dan arcadas cuando hablan de sus sobrinas repipis: que si el vestidito de primera comunión, que si estaba moooonísima ... Puedo parecer un bicho raro pero, yo sé que no lo soy, porque conocí a otras como yo, pero ... no son accesibles para mí porque prefieren compartir su tiempo con sus hombres, lógicamente, y una solterona, que es lo que soy, sólo les estorba. Mis amigas, odian a los hombres, incluso a sus sobrinos desde que son bebés. Algunas están solteras porque quieren, otras, no sé por qué lo están, quizás por refugiarse demasiado en la pandilla. Yo salí de ligoteo con ellas y ví como le entraban los tíos, algunos de ellos tíos cojonudos pero, ninguno le gustaba: unos porque eran feos, otros porque eran pequeños y a otros los acusaban de un vicio cualquiera, en la mayoría de los casos productos de su propia imaginación. Y yo, que los conocía, no les miraba defecto alguno, ni los feos eran tan feos, ni los bajos eran tan bajos, sino tíos normales. Lo que si que encontraba, cuando alguna accedía a ligar con uno de ellos era que el macho parecía ella. No me gusta como visten, y eso que van a la moda, todas apretadas pensando que tienen el mismo cuerpo de antes, con las grasas saliéndoles por la barriga, con pantalones ajustados que son los que se llevan y con las botas por fuera que, a una chavalita joven le puede quedar bien pero que, en una cuarentona ya bastante entrada en años me parece de muy mal gusto. Les gusta hacer bromas cuando se quedan dos juntas, de que si tuvieron una cena romántica, de que si se enamoraron -la una con la otra, por supuesto-, de que si hubo tomate ... y esas bromas, sencillamente, me repugnan. Pero, por lo menos, devuelven los favores, eso si que es cierto. Son las que tengo, y hay que joderse. No tengo la vida que me hubiese gustado tener aunque, probablemente, si hubiese tenido otra vida, puede que tampoco me gustase. Si por lo menos pudiese librarme de ese recuerdo que me acosa todas las mañanas cuando me despierto ...

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