domingo, 16 de mayo de 2010

A Festa do OvO

Llegué hace un rato de la Fiesta del Huevo de Nespereira, que es una parroquia de Pazos de Borbén. Elegí, sin saberlo, el camino más díficil para llegar, -por no variar- y en lugar de entrar por Los Valos, entré por Redondela. Pasé monte, y monte, y monte hasta llegar allí. La fiesta estaba en un alto, justo enfrente del Aeropuerto de Peinador. Era una fiesta de aldea, aldea. Cuando llegamos, había un montón de caballos en lo que tenían señalizado como "parking". Y bajo la carpa, estaban las cocineras preparando tortillas de patatas, tortillas francesas, huevos fritos, cocidos, pollo, chorizo, grelos ... Los platos tenían unos precios asequibles y el vino era de este tintorro de aldea que me gusta a mí. El pan, estaba de muerte ... Era una fiesta de las de estar sentados e incluso tenían un palco dentro de la misma carpa. La pareja de enfrente, se nos puso a hablar, pero yo no tenía la más mínima gana de relacionarme con nadie. Eran los dos viudos, -ahora estaban juntos- y los dos funcionarios: él de la secreta y ella maestra. Y se dedican a recorrer toda cuanta fiesta gastronómica hay en las Rías Bajas. Cuando llegué a casa, me llamaron unos amigos para ir de paseo, pero me pareció un coñazo. Si te acostumbras a hacer lo que te da la gana, acomodarte a la dictadura de la pandilla cuesta... un huevo.

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